Dieciocho años después del 11/9 la
interminable injusticia de Guantánamo está orillando a los prisioneros al
suicidio por desesperación
Andy Worthington
AndyWorthington.co.uk
11 de septiembre de 2019
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 19 de septiembre de 2019
Los
ataques terroristas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001 y la prisión en
la bahía de Guantánamo 11 de enero del 2002, día en el que abrió.
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Hace 18 años, el 11 de septiembre del 2001, el mundo cambió de manera irreversible,
cuando los terroristas, utilizando aviones de pasajeros secuestrados, atacaron
a los Estados Unidos matando a casi tres mil personas. En respuesta, el
gobierno de George W. Bush lanzó una brutal y global “guerra contra el terror”
con la cual invadió Afganistán para destruir Al-Qaeda y para derrocar al
gobierno talibán, embarcándose en un programa de secuestro (“entrega
extraordinaria”), tortura
y detención indefinida sin cargos ni juicio para supuestos “sospechosos de terrorismo”.
Dieciocho años más tarde, la guerra en Afganistán continúa alargándose, la batalla por
“corazones y mentes” ya fue perdida hace tiempo, otro país invadido, Irak,
ilegalmente ocupado con base en mentiras y evidencia falsa obtenida con
tortura, permanece roto, subsecuentemente habiendo servido como incubador de la
ramificación de Al-Qaeda, Daesh (o Estado Islámico), el programa de detención
indefinida sin cargos ni juicios continúa en la prisión establecida cuatro
meses después de los ataques del 11/9, en la base naval estadounidense en la
bahía de Guantánamo, en Cuba.
La tortura, nos han dicho, ya no forma parte de la política de EE.UU y la CIA ya
no maneja “sitios obscuros”, aunque se sigue permitiendo torturar, según el apéndice “M” el Manual de Campo del Ejército
y nadie puede en realidad estar seguro de qué hacen
los Estados Unidos en sus muchas acciones encubiertas alrededor del mundo.
Lo que está claro, de cualquier manera, es que la tortura continúa impregnando
Guantánamo, esfuerzos corrosivos para llevar ante la justicia a los supuestos
atacantes del 11/9, porque está claro que el gobierno sigue tratando de evitar
admitir públicamente lo que le hicieron a los hombres en estos años en los “sitios
negros”, a pesar de haber sido expuestos detalladamente en el
resumen ejecutivo del Reporte de Inteligencia del Comité del Senado que fue
publicado en diciembre del 2014, acerca del programa de tortura de la CIA,
mientras que los defensores de esos hombres, por supuesto, señalan que no puede
existir justicia a menos que la verdad sea expuesta.
Para quienes no enfrentan un juicio, 31 de los 40 hombres todavía
detenidos en Guantánamo, ya no parece haber ningún intento por parte de las
autoridades ni siquiera de pretender que puedan recibir justicia en alguna
forma. Bajo George W. Bush, la mayoría de estos hombres fueron liberados por la
presión política de sus países de origen. Del 2008 al 2010, hubo un período
breve en el que, después de un fallo momentáneo de la Suprema Corte, la ley
penetró en Guantánamo y 38 hombres tuvieron sus peticiones de habeas corpus otorgadas
por jueces estadounidenses hasta que los jueces de la corte de apelaciones
re escribieron cínicamente los fallos, eviscerando todo significado del habeas
corpus y desechando y revirtiendo cinco de esas decisiones.
Para su crédito, Barack Obama inició dos procesos de revisión para lidiar con los
prisioneros que heredó de George W. Bush. El primero, fue el Grupo de trabajo para revisión de Guantánamo en el 2009 que aprobó la liberación de 156
prisioneros (dos tercios de los detenidos cuando tomó posesión como presidente)
y todos esos hombres, menos tres, fueron eventualmente liberados. El otro, del
2013-2016, con las Juntas de
Revisión Periódica (PRBs por sus siglas en inglés), un tipo de proceso parecido al de probatoria, diseñado parcialmente
para eludir los esfuerzos de los republicanos en prevenir liberaciones de la
prisión, llevaron a la aprobación de la libertad de 38 hombres, en su totalidad,
con la excepción de dos de ellos, para cuando Obama dejó su cargo.
Sin embargo, 26 hombres que fueron aprobados bajo las PRB, con cinco autorizaciones
de libertad, pero todavía detenidos, estos 31 hombres están encerrados en
Guantánamo, aparentemente para siempre, por Donald Trump, quien, incluso antes
de tomar el cargo, anunció que no habría liberaciones de la prisión.
Las PRB continúan, pero no han entregado ninguna sola recomendación para
liberaciones desde que Trump tomó posesión y los prisioneros, como resultado,
se están hundiendo en un profundo sentimiento de desesperación. Human Rights
First, la única organización que consistentemente está al pendiente de las
juntas, regularmente reporta que los prisioneros ya no van a sus audiencias,
habiendo concluido que, bajo el mandato de Trump, se han convertido en un fraude.
Para una lista de prisioneros que se niegan a involucrarse con las PRB, lee sus
artículos Alleged Bin Laden Bodyguard Boycotts Periodic Review Board Process (diciembre
2018), No End in Sight for GTMO Detainee y Another GTMO Detainee Refuses to Participate in PRBs (febrero
de este año), Another GTMO Detainee Opts Out of the Review Process (pasado
mes de abril), Two PRB Reviews and Two No-Shows as Detainees Continue to Opt Out (en
mayo), Another Detainee No-Show Demonstrates a Defunct PRB Process (junio)
y PRB Hearings Continue While Guantánamos Detainees Sit on the Sidelines (agosto).
El intento de suicidio Sharqawi Al Hajj
La semana pasada una demostración de lo profunda que es la
desesperación que abunda en Guantánamo, el CCR (Center for Constitutional Rights) publicó un
comunicado de prensa en el que revelaron que su cliente Sharqawi Al Hajj intentó suicidarse.
En una
moción de emergencia presentada ante una corte de distrito en Washington
D.C, el CCR reveló que Al Hajj se había “cortado las muñecas con un pedazo de
vidrio mientras que estaba en una llamada con su abogado (agosto 19), después
de realizar declaraciones específicas en semanas previas acerca de querer
“intentar matarse”, sobre lo
cual reporté en un artículo la semana pasada.
En ducha moción, los abogados del CCR declaran que “pareció haber una confusión absoluta por varios minutos acerca de
lo que estaba sucediendo”, cuando Al Hajj declaró que “sentía mucho estar
haciendo esto, pero es que nos tratan como animales”, añadiendo que “no soy un
ser humano para ellos”.
Al Hajj también les dijo a sus abogados que “había sido trasladado a la Unidad de
Salud del Comportamiento en Guantánamo, después de sus anteriores declaraciones
de suicidio, en donde fue mantenido en condiciones de aislamiento duras, a pesar
de haber sido informado por su doctor que él no recomendaba que lo movieran
ahí. En la unidad, comenzó a protestar rechazando tomar agua por dos días. Para
el tercer día, estaba orinando sangre y estuvo en el hospital. Después de ser
dado de alta, fue colocado en una celda que se sentía helada por su condición
tan frágil y fue negadas una cobija y ropa calientes que recomendaron los
doctores. En protesta, dejó de tomar agua otra vez”.
El viernes, los abogados de Al Hajj le suplicaron a la corte ordenar “una asesoría
psiquiátrica independiente de manera inmediata del Sr. Al Hajj para prevenir
futuro daño o muerte”. El abogado principal del CCR Pardiss Kebriaei dijo que “cualquier noción de que el Sr. Al Hajj no
está activamente suicida es deliberadamente cegada o indiferente. Por meses ha
hecho comentarios cada vez más faltos de esperanza y de intento o planeamiento
de suicidio, culminando en un intento premeditado en un contexto en el que la
perspectiva no podría ser más desoladora – no ser prospecto para ser liberado
después de más de 17 años en encierro”.
Añadió que “cuando un comportamiento similar en detenidos de Guantánamo en el pasado,
no ha sido tomado en serio, prisioneros han muerto. Las acciones del Sr. Al
Hajj deben ser tratadas con toda la gravedad y cuidado posible por todos los
que son responsables por él”.
Como también explicó el CCR, “los abogados comenzaron a levantar las alertas acerca
del Sr. Al Hajj hace dos años, después de que se cayó inconsciente después de
una huelga de hambre durante la cual dejó de tomar agua. En ese momento, los
expertos médicos advirtieron a la corte que el Sr. Al Hajj estaba en peligro de
‘daño inminente e irreparable’ y ‘al borde de un colapso corporal total’.
Citaron tanto condiciones de salud pre existentes como efectos de la detención
indefinida sobre el Sr. Al Hajj, ahora por más de 17 años, incluyendo más de
dos años de tortura en custodia secreta de la CIA”.
En respuesta a su condición deteriorada, CCR presentó
una moción emergencia hace dos años, pidiendo que se liberaran sus
registros médicos y solicitando una valoración médica por un doctor
independiente, acerca de lo
cual escribí en su momento. Sorprendentemente, sin embargo, al día de hoy
no ha habido un fallo sobre esa moción.
Desde entonces, como procedió a explicar el CCR, “La salud mental y física del Sr. Al
Hajj ha estado en decline”. El pasado mes de octubre, sus abogados presentaron
una solicitud de emergencia para aparecer frente a la corte con relación a sus
preocupaciones por su salud mental, pero las cortes, fundamentalmente, lo han
decepcionado.
Queda ver si las cortes finalmente abordará él despreció por cada noción de justicia
que emana de la Casa Blanca y del Congreso con relación a Guantánamo, aunque,
al día de hoy, las ruedas de la justicia parecen moverse a un ritmo glacial.
Sharqawi Al Hajj es uno de los prisioneros que presentó
la petición de habeas corpus a la corte del distrito en Washington, D.C en
enero del 2018 con su abogados declarando que “dada la proclamación que el
presidente Donald Trump hizo en contra de la liberación de cualquier
solicitante, motivado por la arrogancia ejecutiva y el animó crudo que por la
razón o las preocupaciones de seguridad nacional deliberadas, los solicitantes
podrían jamás salir Guantánamo con vida sin la intervención judicial”.
En este caso, sin embargo, con la moción de emergencia de Sharqawi Al Hajj de
septiembre del 2017, ningún fallo ha sido entregado, y mientras que los
retrasos continúen, parece, por la desesperación del Al Hajj, que las vidas de
varios detenidos están en peligro.
POSDATA: El juez se ha “negado a ordenar una evaluación
médica independiente para Sharqawi Al Hajj”, explicó el CCR en un comunicado de prensa. Pardiss Kebriaei dijo que “visto que la inhabilidad
de Guantánamo de cambiar el curso de la trayectoria de la salud mental del Sr.
Al Hajj de las declaraciones suicidas al intento, la opinión médica
independiente de que el Sr. Al Hajj es ‘activamente suicida’, la negación de la
corte de una evaluación médica externa toma una oportunidad con su vida. El
intento de suicidio del Sr. Al Hajj no fue tomado en serio y fue visto como
volitivo, como daño propio, como si no fuera un prisionero que fue torturado y
encerrado por 17 años sin cargos, con ninguna posibilidad de ser liberado y,
como si importara lo doloso en la valoración del riesgo verdadero”.
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